El pico fue este domingo, con 695 servicios totales y cerca de 150 adicionales. Para hoy estiman alcanzar números similares.
En la terminal de ómnibus de Mar del Plata es fácil discernir quiénes llegan y quiénes se van. Los flamantes turistas llevan a rastras valijas, bolsos y demás bártulos sin perder un centímetro de sonrisa; los que se van, en cambio, reflejan su desgano hasta en el caminar.
Con un domingo nublado, Mar del Plata despidió a una primera quincena que dejó como saldo 8.747 servicios totales, 575 menos que en el mismo periodo de 2016, según aseguraron desde la torre de control de la estación.
Para esta segunda mitad de enero aseguraron, en tanto, que estiman un “movimiento similar o incluso mayor”.
En total, desde el viernes 13 hasta el domingo 15 se registraron más de 2 mil servicios de micros. La mayoría de los arribos provenían de Capital y Gran Buenos Aires.
Mientras que el pico de la primera semana de enero se registró el día 2, con 702 unidades, la segunda semana tuvo su punto máximo este sábado con 705 servicios. Por la tarde de ayer, sin embargo, ya estimaban que el domingo iba a terminar siendo el día de mayor tránsito.
“Para hoy -por ayer- tenemos 695 servicios programados, pero los servicios adicionales superarán los 150”, aseguraron desde torre de control, al tiempo que aseguraron que hoy también sería otro día de mucho movimiento, con 679 servicios totales, 324 llegadas y 355 salidas, y más de 70 adicionales.
El tránsito vehicular en la Autovía 2 también fue intenso este fin de semana. En el peaje de Maipú se registraron, este viernes, 11.441 automóviles que se dirigían en dirección a las localidades de la costa bonaerense y unos 11.266 el sábado.
Ayer, en cambio, el tránsito había comenzado a disminuir. Hasta el mediodía solo 4.939 autos se dirigían en sentido hacia la ciudad.
Volver y llegar
La jornada dominical le permitió a quienes partían de la ciudad hacerlo con menos tristeza. Con un cielo mayormente nublado, pero con temperaturas que rozaron los 27°, miles de turistas se dispusieron a volver a sus rutinas y despedirse del descanso a orillas del mar.
Así fue el caso de Emilia y Paula, dos jóvenes veinteañeras oriundas de Tucumán, que disfrutaron de la ciudad las últimas dos semanas.
“Es la primera vez que vinimos sin nuestras familias”, aseguraron las jóvenes, quienes no escatimaron en adjetivos a la hora de describir sus vacaciones. “Fueron una bomba, la pasamos bárbaro. Nos encantó”, exclamó una de ellas.
Ambas jóvenes compartieron un departamento en la zona de Varesse que, junto a tres amigas más, habían reservado por internet desde su ciudad natal. Los precios, tanto de alquiler como de los demás servicios que ofrece la ciudad, les parecieron, “dentro de todo, bien”.
“Las cosas estaban un poco más caras de lo que nos esperábamos pero relativamente estuvieron bien”, sostuvieron.
Donde no quisieron ahorrar fue en los boliches. Recordaron felices que salieron todos los días de las dos semanas que estuvieron en la ciudad. “Fuimos a los boliches de Playa Grande, a los del sur. Nos encantaron”, señalaron y aseguraron que volverán. “El año que viene acá vamos a estar”, prometieron.
“Siempre que podemos, venimos”
La misma promesa hizo Paula, la madre de dos niños, que junto a su marido decidieron abandonar el caos capitalino y tomarse una semana en “La Feliz”. Mientras se hacía paso entre la multitud cargando las dos valijas y los bolsos de todo el clan familiar, Paula le aseguró a LA CAPITAL que “cuesta volver”.
“Con ellos -por sus hijos- es la tercera vez que venimos, pero yo vengo desde chica. Siempre que podemos, venimos”, comentó y destacó que lo más importante de la ciudad es “la variedad de precios que tiene”. “Había lugares donde los precios eran muy altos, pero siempre encontrábamos otros más accesibles”, señaló.
Las sonrisas aparecieron con los que tocaban suelo marplatense tras más de cuatro horas de viaje. Daiana, de 24 años, llegó este domingo de Retiro para encontrarse con sus amigas marplatenses quienes ya la estaban esperando en un departamento céntrico de la ciudad.
“Voy a parar en lo de unas amigas que ya me están esperando”, expresó mientras esperaba que personal de la terminal le alcanzara su equipaje. Las expectativas del viaje eran “las mejores” y aseguró que lo único que quería era “¡que salga el sol ya!”.
Lo mismo expresó Romina, de la localidad bonaerense Morón, que junto a su marido y dos hijos, planean una semana de “pura playa”. Al igual que muchos, Romina parará en casa de familiares.
“Antes veraneábamos en Villa Gesell, pero este año decidimos venir acá y parar en lo de mi hermana”, sostuvo, reconociendo que hospedarse en un hotel implicaba un gasto difícil de solventar.